La Inteligencia Artificial (IA) es utilizada cada vez más en todos los aspectos de nuestra economía y sociedad, tanto en EE. UU. como a nivel global. Sin embargo, en términos de tecnología, impacto económico y desarrollo de políticas, estamos en las etapas iniciales de una nueva era. Lo analizamos en colaboración con la Cámara de Comercio de España en Nueva York
La Inteligencia Artificial (IA) es utilizada cada vez más en todos los aspectos de nuestra economía y sociedad, tanto en EE. UU. como a nivel global. Sin embargo, en términos de tecnología, impacto económico y desarrollo de políticas, estamos en las etapas iniciales de una nueva era.
Para el final de esta década, se proyecta que la IA aumentará el crecimiento económico global en 13 billones de dólares. En la actualidad, la IA nos rodea: asistentes digitales, servicios de IA generativa como ChatGPT o Dall-E, servicios de atención al cliente y compras online, entre otros. También impulsa nuestro futuro ya que ayuda a diseñar nuevas carreteras, es capaz de detectar el cáncer, personaliza los servicios financieros y protege el medio ambiente. Estos avances son sólo el comienzo de la revolución de la IA. A medida que la velocidad de procesamiento de los ordenadores se acelera y aumenta el volumen de datos, junto con la disminución de los precios de almacenamiento de datos, la IA está en camino de ofrecer tecnologías y aplicaciones novedosas, casi inimaginables hoy en día, reconfigurando fundamentalmente nuestros sistemas económicos.
La adopción a gran escala de la tecnología de IA presenta grandes esperanzas para aumentar las oportunidades económicas, impulsar los ingresos y mejorar la vida en general, pero también plantea diversas preocupaciones. Entre las principales preocupaciones se encuentran el desplazamiento de puestos de trabajo, la incorporación de sesgos raciales y de género, la protección de los derechos humanos y civiles, la renuncia involuntaria de la privacidad, especialmente la de los niños y la seguridad nacional, entre otros.
Bajo este escenario, el pasado marzo, la Comisión de Inteligencia Artificial de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos sobre Competitividad, Inclusión e Innovación publicó un informe sobre inteligencia artificial después de un año de trabajo. En este informe, se desarrollan recomendaciones políticas y mejores prácticas industriales para que proporcionen a los responsables políticos y líderes empresariales una hoja de ruta para optimizar sus numerosos beneficios y proteger contra daños. En el mismo también destacan las oportunidades del sector de la inteligencia artificial al mismo tiempo que aboga por un marco regulatorio basado en riesgos que permita su implementación responsable y ética.
El desarrollo de la IA y la introducción de sistemas basados en IA están creciendo exponencialmente. En los próximos 10-20 años, prácticamente todas las empresas y agencias gubernamentales utilizarán la IA. Esto tendrá un profundo impacto en la sociedad, la economía y la seguridad nacional.
Los líderes políticos deben emprender iniciativas para desarrollar leyes y normas cuidadosamente diseñadas y deliberadas para el desarrollo de una inteligencia artificial responsable y su implementación ética.
La falta de regulación de la inteligencia artificial perjudicará a la economía, podría disminuir los derechos individuales y limitará el desarrollo y la introducción de tecnologías beneficiosas.
Estados Unidos está en una posición única para liderar el sector de la IA ya que cuenta con ventaja tecnológica, un sistema bien desarrollado de derechos individuales, un sistema legal avanzado y una red de alianzas interconectadas con democracias en todo el mundo.
Estados Unidos debe actuar para garantizar el crecimiento económico futuro, proporcionar una fuerza laboral competitiva, mantener una posición competitiva en la economía global y abordar las futuras necesidades de seguridad nacional.
Las políticas e iniciativas para hacer cumplir las leyes existentes y crear nuevas leyes y normas para el desarrollo de una IA responsable y su implementación ética deben ser una prioridad principal para la administración actual y también para las futuras administraciones.
Comprendiendo la importancia de las conclusiones, en el informe también se establecen los cinco pilares que deberían ser el núcleo de la formulación de políticas reguladoras de la inteligencia artificial.
Eficiencia
Los responsables políticos deben evaluar la aplicabilidad de las leyes y regulaciones existentes. La aplicación adecuada de las leyes y regulaciones existentes proporciona certeza regulatoria y orientación a las partes interesadas, y ayudaría a informar a los responsables políticos en el desarrollo de futuras leyes y regulaciones. Además, los legisladores deberían centrarse en cubrir los vacíos en las regulaciones existentes para adaptarse a los nuevos desafíos creados por el uso de la inteligencia artificial.
Neutralidad
Las leyes deben ser neutrales en cuanto a la tecnología y centrarse en las aplicaciones y resultados de la IA, no en las tecnologías en sí mismas (por ejemplo, aprendizaje automático, IA, aprendizaje de lenguaje, etc.). Las leyes relacionadas con la IA solo deben crearse cuando sea necesario para llenar lagunas en la legislación existente, proteger los derechos de los ciudadanos y fomentar la confianza pública. En lugar de intentar desarrollar un marco regulatorio único para todos, este enfoque de regulación de la IA permite el desarrollo de orientaciones flexibles y mejores prácticas específicas de la industria.
Proporcionalidad
Cuando los responsables políticos determinen que existen lagunas en las leyes existentes, deben intentar adoptar un enfoque basado en el riesgo para la regulación de la IA. Este modelo asegura un enfoque equilibrado y proporcional para crear un marco regulatorio general para la IA.
Cooperación efectiva
La colaboración interinstitucional federal es fundamental para desarrollar una regulación cohesiva de la IA en el gobierno. El uso de la IA abarca múltiples áreas, es complejo y está cambiando rápidamente, lo que requerirá un enfoque estratégico y coordinado entre las agencias. Por lo tanto, el gobierno deberá aprovechar la experiencia de las diferentes agencias, lo que permitirá a los expertos de distintos sectores y agencias centrarse en los problemas emergentes más importantes en sus respectivas áreas. Esto garantizará una regulación más efectiva y adaptada a las necesidades cambiantes del campo de la IA.
Flexibilidad
Las leyes y regulaciones deben fomentar enfoques del sector privado para la evaluación de riesgos y la innovación. Los responsables políticos deben alentar el derecho no vinculante o “soft law” y los enfoques de mejores prácticas desarrollados de manera colaborativa por el sector privado, los expertos técnicos, la sociedad civil y el gobierno. Estos enfoques no vinculantes y autoreguladores ofrecen la flexibilidad necesaria para mantenerse al día con la tecnología que cambia rápidamente, en contraposición a las leyes que corren el riesgo de volverse obsoletas rápidamente.
Habiendo comprendido la urgencia de desarrollar políticas para promover una IA responsable y garantizar el crecimiento económico y de la fuerza laboral, la Comisión utilizó estos pilares para desarrollar recomendaciones políticas con el fin de poner en marcha estas prioridades. La Comisión recomienda las áreas que los responsables políticos deben abordar, incluida la preparación de la fuerza laboral a través de la educación, el fortalecimiento de la competitividad global en áreas de propiedad intelectual y la consolidación de alianzas, así como la protección de la seguridad nacional.
Capacitación de los trabajadores
Dentro de esta área, se destacan las siguientes recomendaciones:
Fortalecimiento de la competitividad global
Dentro de esta área, se destacan las siguientes recomendaciones:
Protección de la seguridad nacional
Dentro de esta área, se destacan las siguientes recomendaciones:
En general, la Comisión de Inteligencia Artificial recomienda un enfoque "según sea necesario" para la regulación de la IA, uno que comienza con las leyes existentes y aborda las lagunas en la ley para abordar deliberadamente nuevos desafíos, como el uso a mayor escala o los nuevos usos de la IA. Los legisladores en el Congreso pueden aprovechar la experiencia asociada con algunas de las leyes más recientes dirigidas a la IA, como la Ley NYC AEDT (Automated Employment Decision Tools). Pero los legisladores también deben aprender de los desafíos presentados en el desarrollo de una ley dirigida a la IA, tanto en Europa (con un enfoque muy preciso) como en Nueva York (con un enfoque de alto nivel), que han generado interés, preguntas y diversas iteraciones de regulación. Un enfoque más general, según sea necesario y justificado, para la nueva ley y regulación de la IA permitirá la aportación de expertos en la materia y el mantenimiento de la sensibilidad de la industria, al tiempo que seguirá respaldando importantes protecciones de EE. UU. en cuanto a democracia, privacidad, seguridad, conocimiento y autonomía individual.
El principio constante de protección de los derechos individuales ha sido un elemento central en el trabajo de toda la Comisión de Inteligencia Artificial, incluidos los derechos relacionados con la privacidad de los datos (particularmente para los niños), el conocimiento y la autonomía. Mientras que países como China están expandiendo agresivamente la IA a través de conjuntos de datos recopilados por el gobierno que parecen no ofrecer privacidad a sus ciudadanos, el enfoque integral de la UE a la regulación de la IA puede estar afectando el progreso y el desarrollo, lo que a su vez está frenando el crecimiento y el éxito económico de la IA en Europa. Este informe y estas recomendaciones reflejan el intento de la Comisión de Inteligencia Artificial de equilibrar la promoción de la innovación y la protección de la privacidad de los ciudadanos, al tiempo que mantiene la competitividad de EE. UU. en la carrera por desarrollar y desplegar la IA de manera responsable. Al regular según sea necesario y utilizando diversos enfoques de apoyo (incluidas las leyes existentes, la regulación basada en el riesgo, estándares dirigidos por la industria y leyes no vinculantes), el gobierno, la industria y el público pueden seguir innovando de manera competitiva, al mismo tiempo que evalúan de manera activa y apropiada los riesgos de la IA, cumpliendo así con las salvaguardias legales para proteger al público de daños.
Más más información: CTEC_AICommission2023_Report_v6.pdf (uschamber.com)